Reich propone que es la infancia la que termina la personalidad de la persona adulta, desde la teoría de argón que trata de la psicología de la mente y el cuerpo. Y Lowen propone que la energía del cuerpo se concentra en los polos que son la cabeza y los genitales.
Carácter oral: Débil dependen de otros, necesita apoyo, existe privación, debilidad, inmadurez, y no pueden estar solos puesto que sienten un vacío interior.
Carácter Masoquista: Presión sobre otros individuos, no es capaz de cumplir sus placeres, complace a los demás. Siempre está a punto de explotar se representa en la bulimia y la anorexia.
Carácter Psicopático: Niega el miedo, tiene rabia y pena es "seguro de sí", posee aire de grandeza, es seductor y dominante, pero es frágil por debajo de la cintura y "falta de respeto", tiene el ego afectado.
Carácter Rígido: "yo" fuerte, siempre a la defensiva, frente a sus tensiones contra restar otras, Orgulloso y no acepta debilidades, posee un rechazo a la pasión sexual.
Carácter Esquizoide: Comportamiento correcto, separan el sentir de pensar,contacto con lo material es débil en la realidad.
Carácter Fálico Narcisista: Carácter compulsivo del histérico nervioso, controladores, ágiles, su falo es su poder y no buscan el placer de ello.
Ello-Yo- Super yo"
Las tres dimensiones de la personalidad
ELLO:
El Ello se refiere a la parte más profunda, primitiva, desorganizada e innata de la personalidad. Se presenta de forma pura en nuestro inconsciente y está presente desde el nacimiento. Representa nuestros impulsos, deseos y necesidades más elementales y primitivas del ser, de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente sin considerar las consecuencias.
Está constituido por impulsos básicos como la tendencia natural a satisfacer el hambre, la sed y la sexualidad.
YO:
El Yo tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello y a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. Todas las acciones ejecutadas son analizadas por el Yo amenazando con el castigo en caso de incumplimiento. El Yo nos permite reconocer las acciones que realizamos, a elegir el camino a seguir, y razonar los impulsos con tal de no ceder lugar a la liberación libidinosa, y velar por la integridad general de la realidad. Es el primer paso del reconocimiento, para afrontar las alegrías, culpabilidad o castigo.
SUPERYÓ:
El superyó es la parte que contrarresta al Ello, representa los pensamientos morales y éticos adquiridos y aprendidos por la cultura. Consta de dos subsistemas: la consciencia moral se refiere a la capacidad de la autoevaluación, la crítica y el reproche.
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